Simon Singh, un Moderno Mártir del Pensamiento Racional

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La batalla legal de Singh contra la Asociación Británica de Quiroprácticos (ABQ) se ha convertido en el estandarte de libertad de expresión de un amplio sector de la comunidad científica, así como en el público en general. Poco despúes de una campaña de soporte a Singh en los medios británicos, más de 500 reclamaciones de publicidad engañosa se registraron en contra de diversos quiroprácticos en menos de 24 horas. En respuesta, la ABQ le ha pedido a sus miembros que retiren toda publicidad en la que mencionen tratamientos diversos como el del cólico, y que inmediatmente retiren de línea sus sitios web.


Simon Singh es un autor inglés especializado en divulgación científica, especialmente de temas matemáticos que busca plantear de manera accesible para el público en general.

En abril de 2008 escribió en un artículo para “The Guardian” acerca de su más reciente libro “¿Truco o Tratamiento? La Medicina Alternativa en Juicio” (Trick or Treatment? Alternative Medicine on Trial, escrito en conjunto con Edzard Ernst) y en el que abordó las afirmaciones de muchos quiroprácticos que aseguran poder tratar padecimientos como cólicos e infecciones a base de sus tratamientos quiroprácticos. Escribió:
“Podrías pensar que los quiroprácticos modernos se restringen a tratar problemas de la espalda, pero de hecho aún poseen algunas ideas absurdas. Los fundamentalistas aseguran que pueden curar cualquier cosa. Y aún los más moderados entre los quiroprácticos tienen ideas excéntricas. La Asociación Británica de Quiroprácticos afirma que sus miembros pueden ayudar a tratar a niños con cólico, problemas de sueño y de alimentación, infecciones de oído frecuentes, asma y llanto prolongado, aún cuando no existe ni pizca de evidencia. Esta organización es la cara respetable de la profesión quiropráctica y aún así felizmente promueve tratamientos falaces.”

La Asociación Británica de Quiroprácticos (ABQ) demandó por “libelo” a Singh. En el sistema legal inglés, la figura de libelo, o difamación, es una estrategia muy efectiva para silenciar a los críticos. La carga de la prueba recae en el demandado, y generalmente los costos económicos asociados son enormes. Simon Singh rehusó aceptar un acuerdo fuera de la corte y decidió luchar contra la demanda, arriesgándose a una catástrofe financiera peronal, pero decidido por el grave peligro a la libertad de expresión que él detecta en su caso.

La clave del caso en su contra esta en la frase “felizmente promueve tratamientos falaces” (“Happily promotes bogus treatments”, en el original en inglés). En una audiencia preliminar, el juez determinó con el uso de esta frase Singh implicaba que la ABQ de manera deliberada y con consciencia promueve tratamientos falsos prácticamente defraudando a sus clientes. Singh alega que se refiere a que la efectividad de estos tratamientos no esta sustentada por estudios serios y científicamente rigurosos.

La batalla continúa, y es muy posible que Singh vaya a requerir del soporte de diversos sectores afines al pensamiento libre y racional.

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